Detrás del Palacio Pitti se extiende el maravilloso jardín de Boboli. La fama del Jardín nace con los Médicis, que fueron los primeros en ocuparse del mismo, creando el modelo de jardín a la italiana que sirvió más tarde de inspiración para muchas cortes europeas. El Jardín fue proyectado por Niccolò Pericoli, llamado el Tribolo, artista que ya había dado prueba de su valía realizando los jardines de las villas mediceas de Castello y de la Petraia, pero luego la ejecución fue encargada a otros. Del primer proyecto, más bien sencillo, se pasó en el siglo XVII a una arquitectura mucho más compleja y sucesivamente al aspecto que hoy podemos admirar, fruto de otras modificaciones de los siglos XVIII y XIX. La amplia superficie verde constituye un verdadero museo al aire libre, poblado por estatuas antiguas y renacentistas, adornado con grutas, destacando entre ellas la célebre realizada por Bernardo Buontalenti, y grandes fuentes, como la de Neptuno y del Océano. Particularmente sugestiva es la zona aterrazada donde se encuentra el pabellón de Kaffeehaus, del siglo XVIII, raro ejemplo de arquitectura rococó en Toscana o la Limonaia [invernadero], construida por Zanobi del Rosso entre 1777 y 1778. Sus fascinantes recorridos permiten captar el espíritu de la vida de corte y gozar de la experiencia de un jardín encantador.