Los orígenes de San Lorenzo coinciden con los orígenes de la comunidad cristiana en Florencia. Según la tradición la primitiva basílica, la más antigua catedral florentina, fue consagrada por San Ambrosio en el año 393 y dedicada al mártir Lorenzo. De esta inicial construcción parece que nada ha llegado hasta nosotros; la imponente basílica que admiramos hoy es el fruto de la radical renovación empezada en 1418 por Giovanni di Bicci, patriarca de la familia Médicis. Desde entonces San Lorenzo enlazó indisolublemente su historia a la de la dinastía que durante más de trecientos años gobernó el destino de Florencia y de la Toscana: en el interior de la iglesia oficial de la familia de los Médicis se celebraron: matrimonios, bautismos y funerales de sus miembros, aquí los Médicis estuvieron en las grandes ceremonias de estado, aquí enterraron a todos sus muertos hasta la última descendiente, Anna Maria Luisa.