El Cenáculo construido a principios del siglo XIV y reformado en torno a 1430 era el refectorio monumental del convento de las terciarias franciscanas de la Beata Angelina da Fuligno, de aquí el nombre de Fuligno dado al complejo. En su interior, en la pared del fondo de la sala, se conserva el fresco de la Última Cena, realizado por Pietro Perugino en el último decenio del siglo XV. La gran obra representa una mesa en forma de U en la que están sentados Jesús y los apóstoles, excepto Judas que se encuentra del otro lado de la mesa, representado de espaldas en el momento de girarse hacia el espectador. Las inscripciones en la tarima de madera donde se apoya la mesa indican los nombres de los apóstoles. Detrás de la representación de la Última Cena Perugino pintó un amplio pórtico, insertado en la arquitectura real del refectorio, que abre la representación hacia un amplio paisaje natural en el que está ambientada la escena de la Oración en el Huerto de Getsemaní.